¿Qué estrategias implementar para desarrollar, en nuestros estudiantes, la capacidad de APRENDER A APRENDER, utilizando las tecnologías de información y comunicación (TIC)?.
Según Daniel Santibañez Cerda, Aprender a Aprender es un proceso superior que consiste en darse cuenta de lo que uno aprende y cómo lo aprende. Implica controlar el aprendizaje.
Aprender a aprender supone disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de acuerdo a los propios objetivos y necesidades. Esta competencia tiene dos dimensiones fundamentales. Por un lado, la adquisición de la conciencia de las propias capacidades (intelectuales, emocionales, físicas), del proceso y las estrategias necesarias para desarrollarlas, así como de lo que se puede hacer por uno mismo y de lo que se puede hacer con ayuda de otras personas o recursos. Por otro lado, disponer de un sentimiento de competencia personal, que redunda en la motivación, la confianza en uno mismo y el gusto por aprender.
Asimismo significa ser consciente de lo que se sabe y de lo que es necesario aprender, de cómo se aprende, y de cómo se gestionan y controlan de forma eficaz los procesos de aprendizaje, optimizándolos y orientándolos a satisfacer objetivos personales.
Estrategias para aprender a aprender, está comprendido por la planificación que deberá diseñar el docente atendiendo las distintas formas de aprender para garantizar que las oportunidades para el aprendizaje se den realmente sin distinción alguna.
En cuanto a las estrategias de aprender a aprender, utilizando las tecnologías de información y comunicación (TIC), cuya finalidad es hacer más eficientes y productivos los procesos de enseñanza y aprendizaje, aprovechando los recursos y posibilidades que ofrecen las TIC, se señalan las siguientes:
1. La necesidad de evaluaciones metacognitivas para el desarrollo de la capacidad de “aprender a aprender
Las estrategias de evaluación de naturaleza metacognitiva tales como los diarios reflexivos, el portafolios, la autorregulación del aprendizaje mediante la elaboración de mapas conceptuales, la autoobservación y valoración de las adquisiciones mediante el uso de parrillas de evaluación (Juba y Sanmartí, 1996) son recursos favorecedores de una evaluación centrada en el proceso más que en los resultados.
Desde estas perspectivas, la evaluación se convierte en un instrumento poderoso para que el estudiante aprenda a evaluar y a “entender cuál es su aprendizaje individual” y, de esta manera, desarrollar una de las habilidades clave del “aprender a aprender”.
2. El portafolio
El portafolio es una colección selectiva deliberada y variada de los trabajos del estudiante donde se reflejan sus esfuerzos, progresos y logros en un periodo de tiempo y en alguna área específica
La estrategia portafolio es considerada tanto una técnica de enseñanza-aprendizaje de la autoevaluación, como una forma de evaluación alternativa.
Son muchas las aportaciones del portafolio para el profesor, orientador de aprendizajes, y para el alumno, sujeto que ha de aprender unos contenidos y a autoevaluarse. En experiencias realizadas en niveles universitarios pero que creemos extensible a otros niveles educativos, destacamos los siguientes:
- da a conocer el progreso de aprendizaje, lo que se está aprendiendo realmente y lo que debería aprenderse, considerando la individualidad del alumno.
- aporta el significado real de un trabajo colaborativo “profesor/alumno” facilitando la reflexión conjunta
- implica la orientación del proceso enseñanza-aprendizaje.
- enfatiza lo que conoce el alumno, la alumna
- aporta al alumno el aprendizaje de la evaluación y de la autoevaluación con diversidad de técnicas
- puede dar a conocer resultados a otros alumnos, a otros profesores y supervisores (prácticum).
3. El diario reflexivo
El diario es una excelente estrategia evaluativa para desarrollar habilidades metacognitivas. Consiste en reflexionar y escribir sobre el propio proceso de aprendizaje. Las representaciones que hace el alumno de su aprendizaje, puede centrarse en uno o varios de los siguientes aspectos:
– el desarrollo conceptual logrado,
– los procesos mentales que se siguen
– los sentimientos y actitudes experimentadas
La reflexión del estudiante puede abarcar el aprendizaje de una sesión o limitarse a una tarea en particular.
El diario prevé la oportunidad de involucrarnos en una experiencia de autoanálisis con tres preguntas básicas: ¿qué he aprendido de nuevo con esta tarea o después de esta sesión de clase?, ¿cómo lo he aprendido? y ¿qué sentimientos me ha despertado el proceso de aprendizaje?.
Se anima al alumnado que en su proceso de autoreflexión y autovaloración establezca conexiones con lo adquirido en otro aprendizaje y en otros contextos.
Preguntas que pueden ayudar al alumnado a organizar sus reflexiones. A continuación se exponen algunas de ellas:
¿Cuáles de las ideas discutidas en la sesión de hoy me parecieron más importantes?
¿Cuáles necesito clarificar? ¿Qué tengo que hacer para clarificarme?
¿Sobre qué aspectos de los tratados hoy me gustaría saber más?
¿Qué dificultades he encontrado hoy para adquirir lo que se ha trabajado?
¿De lo discutido en clase que es lo que tengo ahora más claro?
¿Cómo ha sido mi participación en la sesión de hoy?
¿Me siento satisfecho o satisfecha de la sesión de hoy?
Es importante destacar que para que el diario reflexivo tenga una efectividad debe realizarse con cierta periodicidad. Al principio no es tarea fácil para el alumnado que no está acostumbrado a reflexionar y autoanalizar su aprendizaje y tampoco entiende como debe hacerlo. Ha de aprender esta tipología de evaluación.
4. El mapa conceptual
Los mapas conceptuales propuestos por (Novack y Gowin, 1984) son diagramas que expresan las relaciones entre conceptos generales y específicos de una materia, reflejando la organización jerárquica entre ellos. Es una técnica que se utiliza tanto en la enseñanza (Ontoria, 1992) como en la evaluación y favorece el desarrollo organizado y funcional de los conceptos claves de una materia o disciplina.
Esta estrategia utilizada como recurso de evaluación permite analizar las representaciones que el estudiante va elaborando de los conceptos de una asignatura y valorar su habilidad para integrarlos en un esquema mental comprensivo.
El mapa conceptual se revela como una estrategia cognitiva muy potente cuando se utiliza desde el inicio, durante el desarrollo y al final de una unidad de aprendizaje, ya sea en el estudio de un tema, de un conjunto de temas relacionados o de toda una asignatura.
Finalmente algunos términos como diálogo, consenso, flexibilidad, autorreflexión, coevaluación y participación deben animar la actividad evaluativa si se pretende que tenga un impacto en la calidad de los procesos de aprendizaje y si queremos que el estudiante aprenda a evaluar.
Gracias a a
hierley Elizabeth Sanchez Winkelried por el aporte.
5. Aprendizaje basado en problemas.
6. Aprendizaje basado en proyectos.