Las tres formas de virtualizar un servidor
Por: Redacción de Baquía
La virtualización completa realizada con un software especial también es llamada “hipervisor”. El hipervisor interactúa directamente con la CPU del servidor físico y el espacio en disco. Éste sirve como una plataforma para los sistemas operativos o servidores virtuales, ofreciéndoles una total independencia y autonomía con respecto a otros servidores virtuales que se ejecutan en la misma máquina física. Cada servidor tiene su propio sistema operativo, e incluso podemos encontrarnos con que uno de ellos se ejecute en Linux, y otro en Windows.
El hipervisor controla los recursos de los servidores físicos, y los distribuye entre los servidores virtuales. Además, el hipervisor necesita el procesamiento de datos, lo que significa que parte de la potencia de cálculo de un servidor físico debe reservarse para ello. Sin embargo, esto puede tener un impacto negativo en el rendimiento general del servidor y ralentizar su aplicación.
Por otro lado, la paravirtualización utiliza un enfoque ligeramente diferente. A diferencia de la virtualización completa, los servidores sí tienen en cuenta la gestión de los sistemas operativos invitados, que no requieren grandes recursos computacionales, ya que cada sistema operativo recibe información sobre las necesidades de otros sistemas operativos alojados en el mismo servidor físico. Por lo tanto, todo el sistema está funcionando en su conjunto.
En el caso de la virtualización a nivel del sistema operativo, por lo general no se utiliza un hipervisor. En su lugar, las capacidades de virtualización son parte del sistema operativo, que realiza todas las funciones que habitualmente lleva a cabo el hipervisor en la virtualización completa. La mayor limitación de esta alternativa es que todos los servidores de los huéspedes deben ejecutarse en el mismo sistema operativo. Por esto, este tipo de virtualización también es conocida como homogénea.
Entonces, ¿cuál es el mejor método? La respuesta a esta pregunta depende principalmente de las necesidades de los administradores de red. Si todos los servidores físicos están trabajando con el mismo sistema operativo, la virtualización a nivel de sistema operativo podría ser la mejor opción, ya que es más rápida y eficiente.
Sin embargo, si el administrador utiliza servidores con diferentes sistemas operativos, lo mejor es decantarse por la paravirtualización, que a pesar de limitar el soporte del software, está despertando un interés creciente en las empresas, hasta el punto de estar desplazando en varias ocasiones a la virtualización completa.